Conocer parte de la vida de los estudiantes es parte importante para generar un ambiente de confianza entre el docente y el alumno. Muchas veces el alumno genera cierta empatía con alguno de sus profesores si éste conoce parte de su vida y sus aprendizajes previos podrá apoyarlo cuando lo necesite, sobre todo en el ámbito educativo.
Cuando llegamos a un cierto nivel educativo los profesores dan por hecho que ya debemos tener algunos aprendizajes bien planteados, sin embargo no siempre es así, y se sigue cayendo en el mismo error a lo largo de toda la vida escolar. Por ello lo recomendable es realizar un diagnóstico inicial para tener presente lo que los alumnos saben y partir de ahí para diseñar una planeación que sea realmente útil.
Considero que esta actividad de escribir una autobiografía enfocándose principalmente al ámbito educativo es un buen ejercicio para conocer los aprendizajes previos de tus alumnos, por eso fue de las primeras tareas que la maestra Laura nos pidió.
A continuación los invito a que conozcan parte de mi vida escolar, la cual como podrán ver no fue muy eficiente que digamos.
Soy Guille, nací en Zacatlán,
Puebla.
Actualmente curso el séptimo semestre de la Licenciatura
en Pedagogía en la Universidad Pedagógica Nacional y radico en Pedregal de
Carrasco, Coyoacán.
Todos mis estudios los realicé en la comunidad de Las
Lajas perteneciente al mismo municipio. Solo asistí un año a preescolar, donde
aprendí a colorear y recortar, a veces salíamos al patio a realizar algunos
ejercicios de motricidad física, pero antes de que el ciclo escolar terminara
la maestra enfermó y nos quedamos sin clases.
En primaria fue
difícil sobre todo los dos primeros años, la maestra era poco paciente y sus métodos
de lecto-escritura no eran los mejores, eran muy parecidos a las viñetas de Mafalda,
por lo que aprendí a memorizar sin realmente tener un aprendizaje.
En tercero el profesor era muy paciente y nos trataba
bien, solo que sus estrategias tampoco eran muy buenas. La forma en que aprendí
las multiplicaciones fue memorizando, también nos ponía a copiar lecturas en
nuestro cuaderno, mientras el salía a platicar con otros maestros.
En cuarto grado tuve de nuevo a la maestra de primero y
segundo por lo que fue un año de tormento, la maestra nos pegaba con el metro o
con el borrador cuando no contestábamos lo que ella quería escuchar, nos dejaba
copiar todos los ejercicios de los libros a los cuadernos, y yo nunca entendí
porque no podíamos contestar directamente en los libros.
Los últimos dos años de primaria fueron de prácticamente
no hacer nada, la maestra faltaba mucho porque según estaba enferma, pero los
demás maestros decían que no era así. A veces faltaba por semanas, y los días
que iba hacíamos lo mismo que en años anteriores, copiar y resolver ejercicios
de lo libros o hacer un resumen de las lecturas, tampoco entendía esa parte,
para qué nos pedían hacer un resumen de la lectura “el piojo y la pulga”. Por
lo que mis aprendizajes en primaria no fueron nada significativos.
En secundaria fue un cambio muy drástico, en primera por
que ya tenía un profesor por materia, y en segunda por que no sabía nada de lo
que me preguntaban, pero aun así me esforzaba por aprender y tener buenas
calificaciones.
Las estrategias de los profes eran, digamos que un poco
mejor. La maestra de biología nos ponía a dibujar, hacer maquetas y explica muy
bien las clases, lo único es que se molestaba si le preguntábamos algo sobre lo
que había explicado decía que por uno no iba repetir todo. Entonces la mayoría
ya no preguntábamos y nos quedábamos con dudas.
La maestra de español a veces nos ponía a leer otros
cuentos que no venían en el libro, o veces interpretábamos algunas obras de
teatro. En cuanto a gramática casi no aprendí por que de igual manera solo era memorizar
hacíamos muy pocos ejercicios para practicar. Los demás profesores eran igual,
más memorización y menos práctica.
El bachillerato resultó ser peor, era una escuela que
apenas se estaba formando, había pocos alumnos y pocos maestros que en realidad
no eran maestros la mayoría de ellos tenía carrera trunca y nos daban clases
sobre algo que no conocían.
Después de salir del bachillerato, entré a trabajar a
CONAFE y fue como si retomara de nuevo mis estudios. Ahí me enseñaron
estrategias de lectoescritura para niños de preescolar y primaria, para las
clases utilizábamos fichas de trabajo, con las cuales se reforzaba el
aprendizaje de los niños, de igual manera teníamos un libro de proyectos en el
cual los temas estaban relacionados a la vida de los niños, por ejemplo las
costumbres y tradiciones, el proyecto de vida, la familia, los derechos y
obligaciones de las niñas y los niños, etc. Todas las actividades estaban
relacionadas a su vida cotidiana para así vincular los contenidos con dichas
experiencias y que sus aprendizajes fueran más significativos.
En la Universidad Pedagógica Nacional, he tenido buenos
profesores, con los que he aprendido más sobre la docencia. Cuando estuve en
CONAFE sé que tuve algunas fallas y no es que me justifique pero la
capacitación que nos daban no era propiamente por parte de docentes, sino de
los mismos compañeros, por lo que los contenidos eran muy vagos. Por ello todos
los contenidos que he visto en esta universidad, sé que en algún momento me
serán de utilidad al igual que los consejos de los profesores.
¡Hola! Me llamó mucho la atención el trabajo que realizaste en la CONAFE, me hubiera gustado que nos platicaras en clase más sobre los métodos de lectoescritura que aprendiste y practicaste.
ResponderEliminarEn general se me hizo agradable el diseño de tu blog, hallo en el armonía.
Hola Guille, tu blog te quedo realmente precioso, queda con toda tu personalidad.
ResponderEliminarCumple con todo lo solicitado y tus trabajos muy completos, felicidades.
Soy Einer :3
EliminarHola Guille
ResponderEliminarDisfruté leer mucho tu autobiografía y ver como tu experiencia en CONAFE tal vez fue el acercamiento que tuviste para estudiar Pedagogía en la UPN. Tu blog quedó fantástico y claro, no podía faltar Mafalda como imagen representativa para tu proyecto.